El trabajo de Eu —más conocide como VOID— se dispara como un flash directo a los ojos. Su fotografía es frontal, sin filtros ni suavidades. Usa la luz como un grito seco, brillante, urgente. Su universo visual nace de la música, la calle y los márgenes. Retrata cuerpos, gestos e identidades que no suelen ocupar el centro de la imagen en otras narrativas. Le interesa lo que vibra en las esquinas: culturas urbanas, minorías invisibilizadas, lenguajes propios que no piden permiso ni perdón por existir. Su estética combina el kitsch con lo edgy, el alto contraste con el grano analógico, que es su formato favorito al disparar. Hay guiños a la moda asiática, códigos queer que atraviesan gestos y vestuario, y una energía que oscila entre la crudeza documental y el artificio pop. En sus fotos, el borde no es la excepción, sino la regla